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Sevilla

Los anguleros del Guadalquivir quieren dejar de ser furtivos

  • Los pescadores de Lebrija, Isla Mayor y Trebujena se defienden tras la operación de la Guardia Civil en la que se desmontaron sus artes y piden la regularización

José Manuel Vidal, David García y Miguel Ruiz, en un barco abandonado.

José Manuel Vidal, David García y Miguel Ruiz, en un barco abandonado. / Antonio Pizarro

Miguel Ruiz consulta en su teléfono móvil un artículo publicado en un periódico unos días atrás. Empieza a leer expresiones como la "mafia de la angula" y que se acusa a todo el sector de quemar por venganza el barco científico que realiza un estudio sobre este pez en el Guadalquivir. "Y ya paro de leer porque me voy a calentar. El barco lo habrá quemado una persona, no todos los que estamos en esto".

Es joven, hasta hace unos años estudiaba Finanzas y Contabilidad en la Universidad Pablo de Olavide. Pero las becas eran cortas, para acceder a ellas tenía que aprobar un porcentaje importante de las asignaturas y apenas podía pagarse el piso en Sevilla. "Lo dejé y me vine al río, a hacer lo que me gusta, pescar. Y a intentar vivir de esto, que me hace feliz". De lo que vivió su difunto padre y un trabajo que conoce desde que era un crío. "Lo que ha mamado, igual que yo", apunta David García. A unos metros, José Manuel vidal se ríe y bromea con la sesión de fotos. "Para modelos hemos quedado".

Los tres son pescadores de angulas del río Guadalquivir. Ruiz y Vidal de Lebrija y García de Trebujena. En la última década, la prohibición de la pesca del alevín de la anguila por parte de la Junta de Andalucía los ha convertido en furtivos, en pescadores ilegales que se jugaban la detención y multas muy elevadas cada vez que salían a faenar. "Yo tengo el récord con 62.000 euros de multas”, dice David García. "Se lo dije a la Guardia Civil cuando me multaron: ¿ustedes se creen que yo tengo 62.000 euros para pagar? Si los tuviera no estaba aquí pescando en el río".

José Manuel Vidal, pescador que perdió a su hermano faenando. José Manuel Vidal, pescador que perdió a su hermano faenando.

José Manuel Vidal, pescador que perdió a su hermano faenando. / Antonio Pizarro

La operación de la Guardia Civil contra la pesca ilegal de la angula desarrollada el pasado 5 de febrero ha terminado de indignar al sector. Los agentes de la Benemérita desmantelaron 54 plataformas y barcos desde Sanlúcar de Barrameda hasta Coria. "Vinieron con varias patrulleras, lanchas, helicópteros...". Hasta ahora se habían sucedido varias operaciones policiales contra los anguleros. En una de ellas fue detenido Miguel Ruiz, que sigue a la espera de juicio por ello. En otra se desmanteló una trama que enviaba las angulas a China. Y en otra anterior fueron detenidos doce anguleros, que terminaron siendo absueltos por un juez. "Lo dijo claro: esto es un problema administrativo y lo tienen que resolver las autoridades".

Pero nunca hasta ahora se les habían cortado las artes. Los barcos cuentan con unas barras de hierro alargadas que van en paralelo y que se conocen con el nombre de artes de persiana. Los guardias civiles utilizaron máquinas radiales para cortar estos hierros, lo que impide a los pescadores poder faenar. "Los hierros están en el agua. Se supone que hacen una operación en beneficio del medio ambiente y ahora tiran los hierros al río. Algo contaminará eso, ¿no?", se preguntan los anguleros.

Los pescadores no están parados. Han comenzado una serie de reuniones con distintas autoridades para tratar de regularizar su situación. Quieren dejar de ser ilegales. La prohibición acaba en noviembre de 2020 después de diez años. Sostienen que en el Guadalquivir hay angulas y que siempre las ha habido, pero que los estudios en los que se basó el veto se hicieron fuera de temporada y en zonas poco frecuentadas por esta especie.

David García tiene el récord de multas con 62.000 euros. David García tiene el récord de multas con 62.000 euros.

David García tiene el récord de multas con 62.000 euros. / Antonio Pizarro

Durante tres años se hicieron estudios con pesca desde tierra y se cogieron 30, 40 y 12 kilos de angulas. Pidieron un periodo de veda que les permitiera faenar durante algunas épocas del año en temporadas alternas, pero la Junta impuso la prohibición durante una década. Fue la única comunidad que procedió de esta forma, pues en otras regiones de España se permitió pescar temporalmente, a través de vedas. Sin embargo, y no deja de ser una situación surrealista, el consumo está permitido. Así que en la carta de cualquier restaurante de Isla Mayor, por ejemplo, se puede encontrar un revuelto hecho con angulas, que obviamente proceden del río.

En ese periodo se pescaron angulas en el Guadalquivir, claro está, pero fueron muchos los pescadores vieron una buena salida en el camarón. "El 99% del camarón que se vende en Sanlúcar de Barrameda es de esta zona. Es una especie única, que no tiene parangón y no puede compararse al de piscifactoría, porque éste, al estar en aguas poco profundas, se protege del sol creando una cáscara muy fuerte. El de río, en cambio, baja a más profundidad y tiene mucha carne y poca cáscara". Desde el día de la operación de la Guardia Civil, no se pescan camarones. "Tienen que estar buenos en los bares de Sanlúcar". Aunque no está prohibida como la de la angula, la pesca del camarón tampoco está regularizada y queda en un terreno de nadie.

Los pescadores han creado una asociación denominada Treleis, que es un acrónimo de los nombres de los tres pueblos a los que pertenecen (Trebujena, Lebrija e Isla Mayor). Miguel Ruiz es el presidente, David García el vicepresidente y José Manuel Vidal el tesorero. "Soy el tesorero, no sé de qué, porque no tenemos un duro, pero así consto". Estos días están manteniendo reuniones con distintas instituciones. Han mantenido encuentros con los alcaldes de estos tres municipios, el último el de Isla Mayor, Juan Molero.

Miguel Ruiz, presidente de la asociación de pescadores Treleis. Miguel Ruiz, presidente de la asociación de pescadores Treleis.

Miguel Ruiz, presidente de la asociación de pescadores Treleis. / Antonio Pizarro

Este lunes irán a verse con los responsables de Capitanía Marítima y el martes tienen una reunión en la Consejería de Medio Ambiente, a la que propondrán la regularización de la pesca del camarón y que se cree una cofradía de pescadores y una lonja en la que se fijen los precios.

Dicen que esto es una manera también de luchar contra el narcotráfico, otro de los problemas del río y con el que en ocasiones se ha asociado a algunos de los pescadores. "Los barcos no tienen matrícula, así que si la Guardia Civil encuentra un alijo de hachís en un barco y allí no hay nadie, lo único que puede hacer es intervenir la droga. Pero si hubiera una matrícula o un registro, esto funcionaría como con los coches. Si la droga aparece en mi barco, yo soy el responsable".

Sobre la angula, pedirán a la Junta que se haga un estudio sobre la presencia de esta especie en el Guadalquivir, pero que ellos puedan formar parte del mismo, a diferencia de lo que ha ocurrido con el realizado por la Universidad de Córdoba. Mientras se lleve a cabo ese estudio que sirva para fijar después posibles vedas, los pescadores se podrían dedicar al camarón. Los tres creen que es el momento justo para dar un impulso a este sector, que da trabajo a más de medio centenar de familias y que reactivaría la economía de la zona.

Un barco angulero, desde el aire. Un barco angulero, desde el aire.

Un barco angulero, desde el aire. / Antonio Pizarro

"Esto no es para hacernos ricos, pero sí para vivir dignamente y sacar adelante a nuestras familias. Y somos felices, porque esto es lo que nos gusta hacer. Hemos mamado esto desde niños", insiste David, que recuerda que cuando Miguel era un niño fue a una protesta con una pancarta casi más grande que él porque le habían intervenido el barco a su padre. José Manuel Vidal perdió a su hermano cuando faenaba en el río. Él mismo sacó su cadáver de las aguas. Conocen el río como la palma de su mano. Y les duele ver que un entorno tan bello esté algo dejado de la mano de las autoridades. "Mira la turbidez del agua. ¿Qué pasa con los que contaminan el río?".

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