Toros

Marín y Ferrera cortan una oreja cada uno en la Feria de la Salud de Córdoba

  • Los toros deslucen, otra vez, la tarde en el Coso de Los Califas

  • Emilio de Justo se estrella con un lote imposible para el toreo que viene desarrollando

Ferrera en un apretado pase de pecho en Los Califas

Ferrera en un apretado pase de pecho en Los Califas / Juan Ayla

Comenzó la feria taurina de Nuestra Señora de la Salud con muchas incógnitas que despejar. La primera es el motivo por el cuál la fiesta vive horas tan bajas en Córdoba. Un cartel, sobre el papel, con atractivo bastante para hacer que el público acudiese al coso de Ciudad Jardín, no fue capaz de congregar la entrada esperada. Menos de un cuarto de plaza de aforo. Dato totalmente desolador y desesperanzador para cualquier empresa que hace un esfuerzo en montar una corrida en Córdoba. ¿Será posible que la Córdoba taurina remonte el vuelo? Es difícil.

Las causas pueden ser varias. Las excusas que se alegan ya están muy viciadas. Cierto es que el recinto ferial está lejos, también que los toros es un espectáculo caro, que los toreros pasan por Córdoba a cubrir expediente. Pero tal vez, a día de hoy, no sean suficientes. Córdoba tiene en su mano la ansiada recuperación, pero visto lo visto en la tarde de ayer, todo se antoja difícil y complicado.

Luego en el ruedo, pese a la buena disposición de los alternantes, el juego de los toros lidiados dio al traste con el festejo. ¿Qué motivos llevan a traer a una feria que se pretende recuperar una ganadería novel como la de ayer? ¿No hay en la cabaña brava ganaderías de más garantía para el espectáculo y que no ha mucho jugaron ejemplares de alta nota en Los Califas?

Porque el juego de los toros dio, con su pobre balance final, al traste con la corrida, y –repito– con la buena disposición de los espadas actuantes. Toros que solo tenían fachada. Nada más. Ayunos de casta y raza, ante los que se estrellaron tres toreros que partieron plaza con el deseo de hacer pasar un buen rato a los congregados en los escaños de Los Califas.

La buena disposición de los toreros se difumina por el pobre juego de los toros

Abrió plaza Antonio Ferrera, que mostró en sus dos oponentes su nuevo concepto del torero y que le ha llevado en las últimas campañas en ser uno de los toreros referente en el escalafón. Variado con el capote, lució en los lances a la verónica de recibo a su segundo, posiblemente el mejor toreo de capa de la tarde. Atento igualmente en la dirección de la lidia y muy metido desde su inicio en el festejo.

En su primero cuajó un trasteo en que predominó el concepto y los muletazos de trazo largo, tal vez en alguna ocasión con una colocación ventajosa, pero que calaron en los tendidos. Sus dos trasteos resultaron similares en concepción, pero meritorios, sobre todo en su segundo, al que sacó más de lo que el toro, parado y muy agarrado al piso, ofrecía.

Tal vez sus ansias por agradar hicieron que esta faena a su segundo pecara de largueza, aún así, y al estar acertado con los aceros, paseó una merecida oreja. Ferrera pasó por Córdoba mostrando los motivos por los que al día de hoy es un torero esperado por la afición.

Emilio de Justo venía de cortar una oreja en Madrid a un bravo toro de Victorino Martín. El cacereño mostró su concepto clásico y con aires de toreo de toda la vida, pero sus ganas se estrellaron ante dos toros de pobre juego que frustraron su buena disposición. Destacó, como ha quedado dicho, su buen concepto, sobre todo con la mano diestra, donde logró pasajes de alta nota a pesar de pobre juego de sus dos toros, que hicieron que todo quedase en un quiero y no puedo. Aún así, mostró el buen momento que atraviesa en la actualidad.

Imagen de Los tendidos de la plaza cordobesa Imagen de Los tendidos de la plaza cordobesa

Imagen de Los tendidos de la plaza cordobesa / Juan Ayala

Ginés Marín es uno de los nuevos valores llamados a renovar el escalafón superior. Entregado, enrazado y con buenas maneras logró cuajar una faena interesante a su primero. Inició su labor con unos templados muletazos, rodillas en tierra, que resultaron largos y templados, para continuar toreando con la diestra con garra y ganas de agradar. Bajó el tono al natural, por lo que opto por continuar con la derecha consiguiendo remontar de nuevo la faena. Mató de forma contundente y cortó una oreja.

En su segundo se topo con un animal parado y que desarrolló un paupérrimo juego que impidió al joven espada igualar lo hecho en su primero. Aún así, Marín es un valor en alza y al que hay que esperar, ya que tiene unas inmejorables condiciones para cuajar en un torero importante.

Esto dio de sí la tarde de ayer, en la que los toros, una vez más, deslucieron el espectáculo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios