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El Corral del Conde sella con un azulejo su devoción a la Virgen del Rocío

El azulejo en la calle Santiago

El azulejo en la calle Santiago / Hermandad

Una muestra más del arraigo que todavía persiste en el centro de la ciudad para con sus hermandades. Y un caso más que claro es el de la Redención y su calle Santiago, que en cada estación de penitencia se vuelca por completo con sus titulares desde hace más de siete décadas. 

Los vecinos del Corral del Conde, emblemático enclave hispalense del siglo XVI y uno de los mayores ejemplos de esta arquitectura popular, han colocado en la tarde de este jueves un azulejo que representa a la perfección la unión entre barrio y cofradía. Dicho retablo cerámico se ubica justo en la propia pared exterior del corral, en la confluencia con la esquina de Cardenal Cervantes, en la propia Santiago. Una iniciativa que parte directamente de sus vecinos y moradores, que han querido "sellar así la devoción, amor y vinculación que tienen con la Virgen del Rocío desde el año sesenta", explica a este periódico su hermano mayor, Manuel del Cuvillo. 

"Todos los años, cada Lunes Santo, reciben con flores y petaladas en la calle Santiago. Es un corral en el que todavía vive gente de Sevilla, pero quien viene de fuera termina vinculado igualmente a la Virgen del Rocío y no dejan de ir a Santiago a pedirle", señala. El azulejo en cuestión, cuyos contornos aparecen con motivos vegetales en azul y con el anagrama de María en la parte superior izquierda, dice lo siguiente: "Bienvenidos a la calle Santiago, aquí vive la Madre de Dios".

La inscripción ha sido inaugurada precisamente coincidiendo con el primer día de triduo a la Virgen del Rocío, que ya luce en el altar mayor de Santiago rematada con una ráfaga como curioso apunte estético. Una manera más de reflejar la espontaneidad y autenticidad de los sevillanos y los devotos hacia sus imágenes. 

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