calle rioja

La Sevilla ingrávida del pregonero pregonado

Su nombre se conoció el viernes, festividad del Rosario. El pregonero pregonado. En 2018 su amigo Ignacio Medina, duque de Segorbe, le presentó a Juan Miguel Vega su libro Sevilla Ingrávida (Niebla). El lugar fue la Casa de los Pinelo, sede de la Academia de Buenas Letras. La dirigía entonces el arabista Rafael Valencia, a quien sustituyó el dermatólogo Ismael Yebra. Los dos fallecieron demasiado pronto. En la lección inaugural del nuevo curso, el notario Pablo Gutiérrez-Alviz, que dirige la Academia, dedicó su alocución al médico de la Alfalfa con misiones diplomáticas en Umbrete, Sanabria y Silos. El doctor Yebra llegó a proponer un turismo de pregones. Que los hay a espuertas. Escribía Marcel Proust que los productos del mercado sabían mucho más ricos si habían sido pregonados en sus puestos.

Sería por la festividad, pero la fumata blanca del próximo pregonero devino en una multiplicación de efluvios de devoción mariana. En Montesión no se cabía, presidida la capilla por Nuestra Señora del Rosario, titular de la Oración en el Huerto. En su libro, Juan Miguel Vega habla de los equívocos entre Castelar y Castellar. En la primera vive Alejandro Rojas-Marcos, en la segunda nació José María Izquierdo, el único nombre propio de Ocnos y el Galileo de la Cabalgata de Reyes Magos. Que el año del pregón de Juan Miguel Vega celebrará el centenario de una noche del 5 de enero en la que al rey Gaspar lo encarnó Jacinto Benavente dos años después de recibir el Nobel de Literatura. Eso nunca lo hicieron Echegaray, Juan Ramón, Cela, Aleixandre ni Mario Vargas Llosa.

El domingo hubo 
una procesión laica entre la Puerta de Jerez y la Plaza Nueva

En Castellar esquina con Feria se unían las músicas. De san Martín venía la Divina Enfermera que se recoge en la iglesia donde está enterrado Juan de Mesa y a la que se acaba de incorporar desde san Lorenzo como nuevo párroco Paco Reyes. En los dominios iniciáticos de Paco Gandía. En una plaza donde hay una casa que tiene balcones a Quevedo y balcones a Cervantes. La que venía por Castellar dirección San Marcos era la Morenita de San Juan de la Palma, la iglesia donde se casó Manuel Machado. Y también Eulogio, mi cuñado, con su Rosario particular, el mismo día de 1978 que se inició el breve pontificado (33 días) de Albino Luciani, Juan Pablo I, el papa cuyo misterioso final aparece en la tercera parte de El Padrino.

Por la calle Espíritu Santo normalmente no suele pasar nadie. Una calle coqueta que se abre a una barreduela que lleva el nombre de Enrique el Cojo, que allí tuvo su estudio de baile y en la duquesa de Alba una de sus más distinguidas alumnas. La calle habitualmente vacía estaba completamente llena. Casi la mitad la ocupaban los componentes de la banda de la Cruz Roja, que hacían la transición de la marcha Nuestra Señora del Patrocinio a Corpus Christi. Se había producido un atasco en la calle Gerona, donde nació el americanista Luis Navarro García. Una de las calles con mayor densidad poética de Sevilla y de Occidente: en ella residió como estudiante Juan Ramón Jiménez, muy cerca, en Dueñas, nació Antonio Machado; y en la que fuera casa-palacio donde está el convento de las hermanas de la Cruz vino al mundo Fernando Villalón.

Rosario de Montesión. Divina Enfermera de San Martín. Morenita de San Juan de la Palma (una plaza que parece una península, con la farmacia vecina de Paco Robles). Juan Miguel Vega, Fran López de Paz y Paco Robles cambiaron la forma de contar la Semana Santa. El reto del primero para el próximo 17 de marzo es que tendrá que cantarla. Su Sevilla Ingrávida es una guía de pregones domésticos, interiores, donde salta del triángulo Bécquer-Cernuda-Montesinos a Salinger, los Rolling y Germán Coppini. En la sesión que el notario Gutiérrez-Alviz dedicó a Ismael Yebra, Paco Gallardo estaba sentado junto al retrato del dermatólogo que hizo Reyes de la Lastra. Pronto verá la luz un libro sobre médicos escritores que fueron preparando los doctores Yebra y Gallardo.

En Sevilla Ingrávida, Juan Miguel Vega desvela la identidad del doctor Letamendi. Antes daba nombre a la calle que une la Alameda con Feria donde empieza el Jueves, pero cambió de consulta y lo trasladaron a una perpendicular de Don Fadrique (la calle, no la torre). El doctor Letamendi nació en Barcelona y murió en Madrid. Ya no pasan el 13 y el 14 por su calle. Suspendió tres veces a Pío Baroja, que se tomó cumplida venganza en El árbol de la ciencia.

Se van los músicos, unos por Regina, los otros por Gerona, y hay aromas de Martes Santo en Ómnium Sanctórum. El hermano mayor, José Antonio Oliert, recibe a 35 nuevos hermanos. Termina el triduo de Nuestra Señora de Gracia y Amparo, titular de esta hermandad. No está el párroco titular y celebra la misa Alejandro, un joven sacerdote que se hizo hermano de los Javieres en el Seminario y de su adolescencia recuerda el Martes Santo de 2002 en el que acompañaron al Cristo cuatro bomberos de Nueva York, los héroes de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Dicen que es un cura del “club de la minifalda” porque sus homilías son cortas y enseñan mucho. Hay un refrigerio después en la casa-hermandad de Peris Mencheta junto a la que hay una hornacina de San Francisco Javier. Eclosión mariana para celebrar el nombramiento del nuevo pregonero. Su texto Primer Viernes de Marzo es como un menú de temas que no se puede saltar un pregonero de la Semana Santa.

Compartimos la devoción por Salinger. El guardián entre el incienso, titula otro de sus textos. El domingo por la mañana hubo una procesión laica. Salió desde la Puerta de Jerez, junto al palacio de Yanduri donde nació Aleixandre, hasta la Plaza Nueva. Toda la Avenida de la Constitución llena de gente y haciendo honor a su nombre. Los oradores se apostaron bajo la estatua de Fernando III. Muy cerca de Sierpes. Al final de la calle, la primera en la Campana, una creación cofrade de 1919, según cuenta Juan Miguel Vega. La gente hacía fotos desde las gradas de la Catedral o desde la Punta del Diamante. España unida jamás será vencida, se coreaba con ritmos de Quilapayún. Era el segundo domingo de octubre. Faltan cinco meses y una semana para el tercer domingo de marzo de 2024, Domingo de Pregón. Juanmi, nos vemos en Punta del Moral paseando junto al hotel Molón.

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