El Fiscal

Un oportunismo censurable

Hay perdedores de elecciones en el mundillo de las cofradías que son señores elegantes que en ningún caso se alejan de la hermandad, siguen acudiendo a los cultos y están disponibles si son reclamados para cualquier servicio. Los conocemos y los tratamos. Asumen que los resultados no fueron favorables y punto. No hay más. En cambio hay otros que digieren mal el escrutinio y lo llevan como una cruz durante toda su vida. No se recuperan del mazazo. Y lo que es peor: ejercen la oposición con todos los instrumentos a su alcance. Resulta lastimoso comprobar algunos derrotados en un cabildo electoral aprovechan la mínima para airear supuestos fallos de la junta de gobierno. Y lo hacen como en un vulgar ajuste de cuentas, con esa sonrisita de alegría por la supuesta negligencia de quienes ejercen la responsabilidad de gobernar. Les puede eso de meter el dedo en la llaga. Porque, ay, siguen respirando por la herida de una derrota de la que muchos ni nos acordábamos.