Raúl Quirós | 'Caddie'

"Obama no paraba de gritar: '¡Pepe, help me...!"

Raúl Quirós. Raúl Quirós.

Raúl Quirós. / M. G.

Escrito por

· Juan de la Huerga

periodista

Iba para figura del golf nacional como indicaban sus resultados de amateur. Luego se torcieron las cosas, pero Raúl Quirós, guadireño nacido en La Línea en 1979), decidió seguir muy vinculado a su deporte. Un experto como él de los palos se metió a acarrear la bolsa de los profesionales. Primero con su amigo Álvaro Quirós, luego con el chileno Felipe Aguilar y lleva desde 2016 con Pablo Larrazábal.

–¿Cómo se dice caddie en castellano?

Caddie.

–No hay traducción.

–En el Circuito Europeo nos llamamos rats, ratas, una expresión graciosa que dicen los ingleses.

–¿Cuánto pesa la bolsita de marras?

–Pues 25 kilos fácilmente.

–¿Qué replica a los que niegan que el golf sea deporte?

–En el golf entran en juego muchos factores, no todo es el físico en el deporte.

–Dicen que fue el mejor jugador de su generación, junto a Sergio García, ¿qué consejo le daría hoy a aquel Raúl Quirós?

–En mi época amateur sí fui bastante serio con el trabajo, pero no tanto al hacerme profesional. No trabajé ni lo suficiente ni bien. Y hay que tener un pelín de suerte. Antes de empezar de caddie logré la tarjeta del Circuito Europeo, pero me lesioné con dos hernias discales en el cuello y Álvaro Quirós me planteó ser su caddie. Lo probé y nueve años más tarde sigue siendo mi trabajo.

–¿Todos los que se apellidan Quirós en el Campo de Gibraltar nacen con un palo de golf bajo el brazo?

–Es que hay muchos, somos calentorros... Y está el campo público de La Cañada. Si tienes familiares que le han dado al golf, lo normal es jugar.

–¿El sitio más raro donde le han hablado de golf en su pueblo, Guadiaro?

–Pescando en la playa. Es muy típico ver a niños o a adolescentes andando con la bolsa de golf a cuestas.

–Es el deporte rey allí, más que el fútbol.

–Antes seguro, pero han hecho una escuela de fútbol muy buena. Aun así, La Cañada igual tiene 300 niños que dan clases a diario.

–Su jefe es Pablo Larrazábal, un golfista volcánico. ¿Lo más bonito que le ha dicho en una vuelta?

–Muchas. En un torneo no le entraban los greenes por el ojo y me pidió que le leyera las caídas; esa semana jugó mal, pero las metió todas y acabamos segundos o terceros. Dijo que había sido por "Rayos Láser Quirós".

–¿Y lo más feo?

–Enganchones continuamente. Es lógico cuando un jugador se siente frustrado y necesita soltar adrenalina.

–Durante la pandemia, con tanto protocolo en el European Tour, ¿eran peor que un matrimonio?

–Los dos lo pasamos fatal. Estábamos todo el día juntos: desayunar, almorzar, cenar, dormir… Pero hay gente que necesita hablar sus frustraciones con otro y si no te separas de una persona, no te sueltas. Imagino que le pasaría a muchísima gente. El peor año de mi vida golfística, de largo.

–En 2009, Steve Williams llevaba una década de caddie de Tiger Woods, llevaba ganados 20 millones de dólares y se convirtió en el deportista mejor pagado de Nueva Zelanda. ¿Cuánto le queda para igualarlo?

–Que firme Pablo Larrazábal para jugar por lo menos diez años en el LIV [el circuito montado por los saudíes que ha reventado el golf mundial a base de petrodólares] y que me dé el 50% de las ganancias... Y más o menos podría estar yo por ahí.

"En el Circuito Europeo nos llamamos 'rats', ratas, una expresión graciosa de los ingleses"

–Hay algunos jugadores, como Matt Wallace, que les pegan unas broncas a sus caddies que son para tener una boca prestá.

–Sí, eso es jodido. Muchos jugadores la pagan con el caddie porque es el que está al lado. Piense en cualquier trabajo en momentos de presión con su jefe en la oficina y a medio metro. Eso continuamente seis u ocho horas al día.

–Usted vale más por ser ex golfista, por psicólogo, por amigo...

–Diría que por mi pasado de golfista, más que por amigo o por psicólogo. Pablo y yo decidimos juntos la mayoría de los golpes. Otros jugadores sólo preguntan los metros y ellos eligen el palo.

–También podríamos decir que ejercen ustedes de escuderos, de Sancho Panza.

–Es más comparable a un copiloto de rallies, transmitiendo información con el librito, las curvas, la dificultad, el tipo de asfalto...

–Hizo de caddie este año a Obama en Valderrama. ¿Se defiende bien o no da una?

–Se defiende muy bien, es hándicap seis o siete. Es zurdo. La única faena es que nos hizo jugar 27 hoyos seguidos, no paró ni para comer, un sándwich y al lío.

–¿Qué propina le dio?

–El color de su cartera todavía no lo he visto. Nos la dio los que iban con él. Pero fue muy ameno, cojonudo.

–Cuente alguna anécdota por la que no acabemos en Guantánamo.

–Él vino con un amigo militar y su caddie fue Francisco Mateo, de esta zona también. Le pidió consejo para dar un golpe y mi colega le dijo que el híbrido. El militar le comentó que estaba muy hundida y Mateo le soltó: "You’re strong like a vinegar" ("Estás más fuerte que el vinagre"). El otro no lo entendía, pero luego se partió de la risa y se lo contó a Obama.

–¿Y con Obama?

–Como es normal en Valderrama, fue unas cuantas veces a los árboles; si la mandó ocho veces, en siete ellas le rebotaba la bola y se le quedaba en calle. Le dije de cachondeo que habría que darle una propina a Pepe, un mono que había en los árboles. Le hizo gracia y cada vez que daba un mal golpe no paraba de gritar de guasa: "¡Pepe, Pepe, help me, help me...!". Estuvo cachondo.

–Dicen que Trump hace trampas, ¿y Obama?

–No, no. Era una partida entre amigos, pero qué va.

–Si fuera jugador, ¿cuál sería su precio para ir a LIV Golf?

–Si fuera golfista de estándar alto, a mi edad, con asegurarme jugar tres o cuatro años, iría incluso gratis. Con 42 o 43 años sería una retirada de lujo.

–No tiene usted problema con los saudíes.

–Qué problema voy a tener. Soy partidario de que no te puedan prohibir jugar en ningún lado. Lo que no veo claro es cerrar la puerta a gente que quiere invertir tantísimo dinero en nuestro deporte. Los saudíes están metidos en Fórmula 1, motociclismo... En todo. Por suerte o por desgracia, lo que manda es la pasta y el que diga lo contrario creo que miente.

–¿Cuántas veces le han hecho la broma de "ese Cadi, oé"?

–Siempre que competimos en Valderrama, aunque no me lo dicen muchas veces al año, sólo aquí. Y porque los tengo pagados...

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