Crítica de Música

'Luisa Fernanda' embelesa al público granadino

'Luisa Fernanda' embelesa al público granadino

'Luisa Fernanda' embelesa al público granadino / José Checa (Auditorio Manuel de Falla)

El Coro de Ópera de Granada despide su temporada con la interpretación en versión de concierto de Luisa Fernanda, la zarzuela más renombrada de Federico Moreno Torroba y una de las páginas de la lírica española más recordadas en el acervo popular. Un elenco de gran solvencia y expresividad, unido a las espléndidas voces del coro y a la siempre eficiente Orquesta Filarmonía de Granada fueron las claves del éxito de esta puesta en atriles de un claro exponente de la Zarzuela con mayúsculas.

Hoy en día se contempla la zarzuela como un género histórico que recuperare interpretar en un intento de poner en valor el rico patrimonio musical del pasado, pero no hace mucho que las melodías de obras como Luisa Fernanda sonaban en los teatros de Granada, obteniendo éxito aún décadas después de su estreno. En el caso que nos ocupa, Moreno Torroba dejó escrito un compendio de melodías, ritmos y aires musicales que reflejaban fielmente el gusto de la burguesía en el primer tercio del siglo XX, en los momentos previos a la proclamación de la Segunda República. En aquella época, cuando el género competía con el éxito de la revista y lo novedoso del cine, el autor consiguió que Luisa Fernanda se convirtiera en una página que, aún sin conocerla, es reconocida en dichos y melodías de gran popularidad.

La iniciativa de Juventudes Musicales y el Coro de ópera de Granada de recuperar esta partitura y ponerla en el contexto del teatro lírico español fue bien acogida por el público granadino, que llenó el Auditorio Manuel de Falla en las dos sesiones ofrecidas. Verdaderamente, pasar una amable tarde de domingo en compañía de Luisa Fernanda y sus bellas melodías es un placer que resultó de lo más gratificante. 

Pablo Gálvez Pablo Gálvez

Pablo Gálvez / José Checa (Auditorio Manuel de Falla)

En primer lugar, hay que destacar la calidad y gran expresividad escénica de los cantantes que configuran el cuarteto protagonista. Anna Gomà como Luisa Fernanda estuvo espléndida, demostrando no sólo la ductilidad de su voz sino también su técnica y belleza. Sus intervenciones estuvieron llenas de fuerza, y ofreció en todo momento la réplica oportuna a sus compañeros de reparto. Destacó en sus dúos junto a Vidal y Javier, con los que en la ficción construye un dramático triángulo amoroso. En este sentido, merece mención especial Pablo Gálvez, que destacó sobre manera en su interpretación de Vidal Hernando, un rol al que supo adaptarse tanto en la expresividad de las inflexiones textuales como en su vis actoral. Hace tan sólo nos meses nos demostraba estas virtudes en su recreación de Belcore en L’elisir d’amore, y este fin de semana reafirmó su calidad como cantante y como intérprete con una interpretación de Vida digna de los mejores teatros líricos. Cautivó desde su primera intervención en el dúo 'En mi tierra extremeña', destacando igualmente el dúo 'Para comprar a un hombre' junto a la duquesa o en las intervenciones con el coro 'Luce la fe' y 'En una dehesa de la Extremadura'. Con un timbre claro y potente, un dominio técnico sin tacha y una perfecta dicción e interpretación del texto, fue sin duda uno de los grandes valores de esta producción.

El otro dúo protagonista estuvo constituido por otros dos solventes cantantes con una trayectoria llena de éxito gracias a la bondad de sus voces. La duquesa Carolina estuvo magistralmente interpretada por Mariola Cantarero, que puso al servicio del personaje su precisa técnica de emisión, su fiato, su potencia vocal y sus dotes expresivas. Junto a ella destacó el solícito amante Moisés Marín, quien defendió hábilmente el complejo personaje del coronel Javier Moreno, quien se debate entre el amor y el orgullo y juega con los sentimientos de las dos protagonistas a merced de sus intereses.

Mariola Cantarero junto a Moisés Marín Mariola Cantarero junto a Moisés Marín

Mariola Cantarero junto a Moisés Marín / José Checa (Granada)

También hay que mencionar los papeles secundarios, algunos de gran importancia argumental y potencia musical como el de Doña Mariana, la posadera que espléndidamente interpretó Leticia Rodríguez, o el de la joven Rosita, cuya breve intervención en las escenas de conjunto defendió con soltura Bianca Ghiraldi. Entre los papeles masculinos destacó por la belleza de su timbre y su potencia vocal el joven Valentín Rejano como Aníbal; también son dignos de mención Lukasz Biela como Luis Nogales y Aarón Javier como Saboyano.

Otro valor añadido fue, sin duda, el Coro del Ópera de Granada, que demostró una vez más su profesionalidad y buen hacer con una su presencia musical llena de fuerza y sentimiento. Hay que mencionar, de manera muy especial, la bondad de sus voces solistas; además de las ya mencionadas, merecen una felicitación particular por sus pequeños roles Gerardo Jiménez, Amparo García, Aurelio Puente, Ángel Lombardo, Francisco Márquez, Ángel Estero, Ignacio Madejón, Diego Salagre, Alejandro Otero, Alberto Pérez, Mercedes Monteoliva, Alejandro García, Marta Caro y Javier Dereux. Todas estas voces estuvieron oportunas y precisas, y unidas al resto de los componentes constituyeron un valor añadido a la producción.

Finalmente, pero no por ello menos importante, es digno de mención el magnífico trabajo de la Orquesta Filarmonía de Granada, dirigida por Ricardo Espigares; la formación interpretó con gran acierto la compleja partitura orquestal, llena de juegos motívicos y efectos tímbricos, que en todo momento estuvo hábilmente dirigida en sus tempi y en sonoridad por el maestro Espigares, mimando el necesario balance y diálogo con los cantantes en cada cuadro escénico. Una prolongada ovación al final fue el reflejo del agrado del público en reconocimiento a una espléndida labor conjunta, éxito del que ha de hacerse partícipe igualmente a los responsables de la producción: el Coro de Ópera y Juventudes Musicales de Granada.

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