Desde mi córner
  • La diferencia entre lo ofrecido en Zagreb y el juego ante los leones fue de gran desmesura

El Betis, fiel a su irregularidad genética

QUÉ diferencia de talante, qué manera de cambiar de cara la del Betis el domingo respecto al que se fue de la competición continental en Zagreb por la puerta de atrás. El Betis está vivo y bien que lo demostró bajo la lluvia del domingo ante los leones. Y lo que son las cosas, ante un rival muy superior al que lo echó del concierto europeo, porque la diferencia de potencial entre el Athletic Club y el Dinamo de Zagreb es sideral.

Es como si este Betis que tan bien dirige Manuel Pellegrini fuese reacio a desechar esas señas de identidad que le llevan de la sima a la cima en un santiamén. Veías al equipo volar sobre el nido vasco y te preguntabas que por qué no hizo lo mismo en el estadio Maksimir de la capital croata. Pues nada, será una cuestión que entra de lleno en el apartado de la genética y ya se sabe que los genes todavía son inmutables, por lo que el Betis no debe estar a salvo de ellos.

Mucho se ha incidido en la importancia que pudo tener la expulsión de Nico Williams, pero el propio Valverde dejó bien claro que incluso cuando estaban once contra once les pasaba el Betis por encima. Era un Betis que, contrariamente a cómo se plantó en Zagreb, contaba con dos laterales fiables y vaya el hallazgo de cómo se desenvolvió Sabaly a babor. Viendo lo visto sólo cabe rezar todo lo que se sepa para que el franco-senegalés deje de lesionarse una temporadita.

Ha sido una jornada espléndida para la vida verdiblanca de presente y, muy posiblemente, de futuro. Todo empezó con la derrota txuri urdin en el propio Anoeta, pero si el Betis lograse desembarazarse de esa irregularidad genética bien podría pensar en volver a coger el tren europeo un curso más. Por supuesto que quedan muchos puntos sin dueño, pero la sensación dada bajo la lluvia ante los leones invita a ponerse en lo mejor y que pase lo que tenga que pasar.

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