Desde mi córner
  • El Betis, que hizo gol en su única ocasión, fue muy inferior a los croatas en intensidad

Europa como asignatura pendiente

NO pudo ser. No parece estar hecha la miel europea para la boca del Betis y lo que sólo era una misión complicada se tornó en imposible mediante los errores defensivos y la falta de intensidad en los duelos, que fueron las paletadas que cavaron la tumba continental. Da la impresión de que este Betis tan rico en ausencias no da para más y la temporada se le queda con la competición doméstica como única obligación de futuro.

Donde no hay harina todo es mohína y a esa falta de harina tiene Pellegrini que poner el que quizá sea el equipo más circunstancial de cuantos diseñó. Defensa de circunstancias y la organización del juego para William Carvalho, que no atraviesa los mejores momentos de su carrera. Es, bajo el dominio de Eolo, un Betis inocuo que no se hace con el gobierno del juego y que ve cómo por los costados hacen daño los croatas, tiro al palo incluido sobre la media hora de Petkovic.

Pero enfilando el minuto 40, se alía Ruibal con la zaga croata y su pase, raso y fuerte, lo manda a la red Bakambu de espléndido taconazo. Todo ha cambiado con ese gol y ya el Betis parece más Betis para ir al descanso con la eliminatoria equilibrada. Y a la vuelta, la mala nueva de que no está el autor del gol, pero esa mala nueva sólo será el presagio de cuanto va a ocurrirle al equipo verdiblanco. Y es que siguen los croatas yendo a la pelota con más decisión e intensidad.

Por lo visto y teniendo en cuenta que el Betis ha hecho gol en su única ocasión, la partida va tomando cara de prórroga como tormenta añadida para la precariedad actual. Y en esas estábamos cuando a la hora de juego Ruibal sube en ataque, le cogen las espaldas sin nadie que se las guarde y el centro raso lo manda a la red Kaneko a quemarropa y con Rui Silva saliendo mal. Todo se había consumado y Europa se le queda al Betis como asignatura pendiente una vez más.

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