El derbi sevillano | Gran angular

El peligro de la sobreexcitación en los derbis: el punto justo de veneno

Jesús Navas, al fondo en el cabezazo de Isco al principio del último Sevilla-Betis.

Jesús Navas, al fondo en el cabezazo de Isco al principio del último Sevilla-Betis. / Julio Muñoz (Efe)

Amanece derbi en Sevilla y “sobreexcitación” es palabra maldita en los vestuarios de Betis y Sevilla. Ir al balón o protegerlo pasado de rosca ha hecho saltar los planes tácticos en pedazos a causa de las traumáticas expulsiones. Manuel Pellegrini avisó en su rueda de prensa del viernes de este peligro. Todo el beticismo tiene muy frescas en su memoria las tarjetas rojas a Guido Rodríguez hace dos temporadas, o a Nabil Fekir y Borja Iglesias en el derbi del Villamarín de la última Liga. También el Sevilla lo sufrió en sus carnes a menudo, como en aquel Betis-Sevilla de 2018 en el que la polémica expulsión de Roque Mesa hizo descarrilar a los de rojo (1-0) o la más reciente, esa justa roja a Montiel de la última visita sevillista a Heliópolis.

Mejor no reincidir en esa sobreexcitación. Pero tampoco en la mansedumbre. Justo el punto medio de veneno. El nervio y la casta que exigen los partidos de este pelaje. El corazón enardecido que ha reaccionado al discurso oportuno del líder espiritual. En los derbis, la calidad sigue siendo lo primero, pero el ardor juega más que en pulsos ordinarios. Y ahí es donde entran en juego las voces alentadoras de los que tienen ya no pocos derbis tatuados en la piel.

El Betis de Pellegrini y el Sevilla de Quique El Betis de Pellegrini y el Sevilla de Quique

El Betis de Pellegrini y el Sevilla de Quique / Departamento de Infografía

Ocurre que en esta ocasión faltan muchos de los que han echado el necesario picante al guiso en este siglo XXI. Alguno, como Lorenzo Serra Ferrer, incluso lo hizo ya en el XX. Nadie como él en el vestuario verdiblanco para que la infantería saltara a la hierba con el pecho duro y el mentón apretado. Por algo el Betis no derrota en Liga al Sevilla, sin el balear de entrenador o director deportivo, desde el Domingo de Ramos de 1986, el recordado Domingo de Romo (1-0).

Tampoco estarán en los anfitriones jugadores cancheros como Andrés Guardado, Sergio Canales, Borja Iglesias, el mismo Luiz Felipe. U otros baqueteados en derbis en las ciudades deportivas, como Loren Morón… o Joaquín. Por encima de todos, Joaquín. Por algo es el bético con más derbis jugados (23). El portuense, no obstante, seguro que ha tratado de que permeabilice su mensaje en el vestuario durante estos días. Y hoy, en las interminables horas de espera, más aún. Pezzella (7 derbis) y Guido, por argentinos y por expertos, velarán (el Chimy estaba llamado a ser el tercero) por que el grupo no olvide ese mensaje en el fragor de la batalla. Y también un recién llegado que ha tardado poco en ser adoptado por la afición como un predilecto, Isco Alarcón.

Análisis de los entrenadores Análisis de los entrenadores

Análisis de los entrenadores / Departamento de Infografía

De lado sevillista tampoco estarán los dos grandes agitadores de la cosa, Monchi y Joaquín Caparrós (aunque el utrerano no ha podido resistirse a azuzar desde fuera), pero nadie mejor que Jesús Navas (ostenta el récord de derbis, con 24) para explicarle a Nyland lo que supone un partido de rivalidad sevillana. Y a su lado, otro sevillista que está dispuesto a ser el pararrayos esta noche con su acusadísima personalidad, Sergio Ramos. El camero, además, se quedó con las ganas de jugar el de la primera vuelta.En las filas rojas sí que figuran soldados expertos en estas batallas: Marcos Acuña, Lucas Ocampos, Youssef En-Nesyri, Suso, el mismo Joan Jordán. Y otros que ya tienen inoculado el veneno desde pequeños: Kike Salas, Isaac Romero.

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