Los rayos ultravioletas son importantes para la vida ya que las personas necesitamos recibir la vitamina D proveniente del sol para mantener una salud ósea fuerte y su déficit puede provocar una mineralización de los huesos insuficiente. Pero todo debe hacerse en justa medida.

Una sobreexposición a los rayos ultravioleta puede ser perjudicial para la salud ya que produce daños en el colágeno de la piel y provoca su envejecimiento prematuro. A veces estamos expuestos a las radiaciones solar sin la debida protección y a las horas menos recomendadas. En este sentido y como estamos entrando en épocas donde el mapa de la geografía española se tiñe de color rojo, en lo que a grados de temperaturas se refiere, sería aconsejable saber identificar cuándo estaríamos recibiendo demasiada radiación solar.

Hay una manera de saberlo y es por el tamaño de la sombra. Lo primero de todo es que si hay sol, hay sombra y esta es la que va a "delatar" la intensidad con la que están penetrando los rayos UV. Cuanto más intensa es la radiación UV, que suele ser al mediodía, la sombra que proyectamos es pequeña o casi inexistente. Por el contrario, si la sombra se va alargando, disminuye el riesgo de insolación.

Para conocer un poco más en detalle cómo es el grado de intensidad que estamos recibiendo de UV solar, se establece una escala cuyos valores oscilan del uno al once, siendo 1 el más bajo y el 11, el más alto y, por tanto, el que produce más lesiones cutáneas y oculares. Puedes observarlo en la siguiente imagen que publica la AEMET en su web:

Tabla de valores UV

¿Interviene el tipo de ropa en el proceso radiactivo?

La respuesta corta y directa es que sí. De hecho, The Skin Cancer Foundation afirma que la ropa es la primera línea de defensa contra el sol. ¿Qué tenemos que tener en cuenta a la hora de vestirnos para pasar menos calor y que el sol nos perjudique lo menos posible?

1. Color: El color interviene en los procesos de calor. Puede que "te suene" aquello de que los colores oscuros y brillantes son esponjas de los rayos UV y los tonos claros y pasteles, mucho menos. Por ejemplo, pasarás menos calor y estarás más protegido con una camiseta de algodón blanca.
2. Material de fabricación: Al igual que el color, el material, el tejido y la textura de la ropa también afectan. Por ejemplo, las fibras sintéticas y semisintéticas como el poliéster son buenas opciones para usar contra los rayos UV. La misma función cumplen las telas densas, pesadas y de tejido tupido. Por el contrario, las telas naturales suelen ser más finas y delgadas, por lo que dejan pasar más luz.  
3. Tamaño: Cuanta más piel cubras con tela, estarás mejor protegido. Al igual que el uso de complementos como sombreros y gafas de sol que, junto con el protector solar, ayudará a proteger tu piel, así como también las zonas que solemos olvidar como son la parte superior de las orejas y el cuero cabelludo.