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Monchi: "Augusto Lahore impuso cordura y gestión en un Sevilla a la deriva"

Abril de 2000: Frode Olsen, ante Vicente Miera, Augusto Lahore, Monchi (de espaldas) y Roberto Alés.

Abril de 2000: Frode Olsen, ante Vicente Miera, Augusto Lahore, Monchi (de espaldas) y Roberto Alés. / Manuel Gómez

Desde la distancia, pero también desde el cariño y el pesar, Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi, lamenta el fallecimiento de Augusto Lahore, que fuera consejero y luego vicepresidente del Sevilla Fútbol Club a finales de la década de los noventa y principios de este siglo XXI: "Impuso cordura, seriedad y gestión en un club que estaba a la deriva", expresó desde tierras británicas el actual Presidente de Operaciones de Fútbol del Aston Villa.

Augusto Lahore, que ha muerto este miércoles a los 75 años de edad tras una larga enfermedad, entró a formar parte de aquel Consejo de Administración que, con Rafael Carrión como presidente, relevó al que encabezaba José María González de Caldas en mayo de 1997. "Tuvo que tomar decisiones que no eran populares, pero asumiéndolo como algo necesario para el club".

Efectivamente, primero como consejero y luego como vicepresidente del área económica, en 2000, con Roberto Alés ya al frente de un club que estaba abocado a un segundo descenso a Segunda en tres años, Lahore fue el portavoz de un discurso de la miseria que era ingrato, e impopular por descarnado, pero pertinente en ese contexto tan precario.

"Augusto, Roberto Alés y José María Cruz fueron los responsables de generar unas sinergias que empezaron a cambiar el club y a sacarlo para delante. Y sobre todo, insisto, aportando cordura, seriedad y gestión", remarca Monchi. También lo manifestó en la red social X:

Monchi era portero de la primera plantilla sevillista cuando Augusto Lahore (quien ya había sido directivo en la década de los ochenta bajo la presidencia de Gabriel Rojas) entró a formar parte del Consejo de Administración en 1997. Ya en el año 2000, cuando colgó las botas y tras un breve periodo como delegado del equipo, el de San Fernando asumió el rol de director deportivo bajo la economía de guerra en el club, y entonces coincidió ya en ese sordo trabajo de los despachos con Augusto Lahore.

La sintonía en las diferentes áreas de gestión, bajo una extrema austeridad, desembocó en la exitosa y providencial temporada 2000-01 en Segunda División, que acabó con el Sevilla como campeón de la categoría, de la mano de Joaquín Caparrós. Ahí enraizaron las bases para el posterior e insospechado crecimiento de la entidad a todos los niveles. Y en esa ingrata labor de esquivar acreedores y mirar hasta la última peseta, luego euro, estuvo Augusto Lahore, todo un caballero de refinadas maneras, cuyo trato exquisito siempre recuerdan los empleados del club.

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