TRAS un tiempo de dudas que se alargaba preocupantemente y como quien tiene el duro es el único que puede cambiarlo, la figura de Sergio Ramos ya tiene el brillo que siempre tuvo, el que se le auguraba cuando el Sevilla accedió al reencuentro. El que quizá sea considerado por muchos como el mejor defensa que parió madre ha estado pagando un peaje inesperado, salía en la foto de muchas esaboriciones y las dudas iban en aumento.

Es el futbolista andaluz más laureado a gran distancia del que más se le acerque, pero los dos años casi en blanco que pasó en París parecían como la confirmación de una dolorosa jubilación. No es que fuese anticipada, ya que la permanencia activa de los grandes se alarga en estos tiempos. El cuido, con una alimentación y una preparación física adecuada son elementos que cimentan la longevidad de los buenos futbolistas, por lo que no podía ser cierto el declive de Sergio.

Aquel autogol de Montjuïc que le daba el triunfo al Barça como suceso más tristemente destacado en la larga lista de errores del Sevilla en defensa sembró de dudas el retorno, pero Sergio ha dicho basta, su partido en Mestalla fue magnífico y la alternativa puede confirmarla este fin de semana en la que fue su casa. Tiene un aliciente enorme el Real Madrid-Sevilla que cierra la jornada dominical, sobre todo por lo que significa la vuelta del camero a la que fue su casa.

Será una cita preñada de emotividad para él y para la que fue su clientela durante más de tres lustros de acopio de plata para las vitrinas de Concha Espina y la verdad es que la cita bien merece cuanta atención depare. Ese partido del pasado sábado en Valencia debe ser fundamental para que Sergio mire al futuro con el optimismo que da la autoconfianza. Adiós a las dudas en la seguridad de que Sergio Ramos es el que era y atención a su partido del domingo próximo.