Desde mi córner
  • En un trepidante inicio, desarboló a una Real triste por el pasado e inquieta por el futuro

El Sevilla encontró el buen camino

TIEMPO hacía que la clientela de Nervión no disfrutaba como disfrutó ayer mediante fútbol y goles ante la muy deprimida Unidad B de la Real Sociedad. Un arranque explosivo presagiaban lo que iba a ocurrir, pues antes de que En-Nesyri anotase por primera vez, el propio marroquí y el formidable Isaac habían tenido ocasión de batir a Remiro. Era un inicio prometedor y la promesa iba a hacerse realidad muy pronto.

Decíamos ayer que la ocasión la pintaban bien para que el Sevilla confirmase que su restablecimiento es real. Vibrando y jugando al hueco, el Sevilla se comía a un equipo que no estaba en lo que se le demandaba. La frustración copera de no ir a la final con sus vecinos se aliaba con la proximidad de ese choque de órdago el martes con un PSG que ya va ganando por 2-0. Y entre la depresión por lo pasado y la preocupación por lo que está por venir, alfombra roja para el Sevilla.

Y bien que lo aprovechaba la tropa de Quique, que ya resolvía el asunto cuando sólo habían transcurrido trece minutos. Todo se había resuelto gracias a la móvil generosidad del gran hallazgo que es el lebrijano Isaac Romero y al instinto depredador de En-Nesyri. La Real perseguía sombras, Sergio no dejaba de arengar y lo cierto es que el Sevilla laminaba al rival por la vieja modalidad de pasarle por encima. Pero al filo del descanso, un penaltito mete a la Real en la pelea.

O eso creíamos, pero la cosa siguió como antes; con menos decibelios, pero con el Sevilla siendo muy superior. Sergio encontraba el premio que siempre busca y el 3-1 llevaba la euforia a una grada harta de sufrir un curso tan a contraestilo. En el alargue, Nyland concedió en su único error, pero no había tiempo para nada más que para confirmar que el Sevilla encontró la senda adecuada, la que va a llevarle a concluir con dignidad un curso que llegó a ponerse en lo peor.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios