Cintas de sevillanas, junto a las de Triana, Pink Floyd y Enrique y Ana, era lo que había en casa.

Qué pena, que el diccionario incluya la palabra 'entreguerras' y no el término 'entrefiestas'.

Me sorprende que la zona verde del canal la disfruten más los foráneos que los aborígenes.

Juntas, la Semana Santa de Sevilla y la de Zamora constituyen un símbolo pleno.

Cuando dicen "hay retenciones en el nudo de la Gota de Leche", me imagino un grumo de coches.

Temo que el paseo se convierta en una prolongación de la impracticable calle Betis.

El cambio de nombre no implica un forzamiento lingüístico, sólo haría acogedora la denominación.

Algunas obras -no todas- esperanzan en una cartelería a la altura de los tiempos.

También existe un 'feminism whasing', un compromiso con la igualdad que no es más que humo.

La continuidad de su programación generó una constancia en el público, una cultura de la Cultura.