Betis Baloncesto

XOY, aire fresco para el baloncesto sevillano

  • Carlos Lazo, CEO del grupo mexicano, lanzó un necesario mensaje de ilusión y ambición en su puesta de largo como dueño del club

  • "No me considero un equipo de LEB y si Carrasco nos lleva a la ACB ahí seguirá como entrenador"

Ramón Alarcón posa junto a Carlos Lazo, CEO del grupo XOY.

Ramón Alarcón posa junto a Carlos Lazo, CEO del grupo XOY. / P. S.

El grupo XOY tomó posesión del Betis Baloncesto.  Su CEO, Carlos Lazo, compareció en el estadio Benito Villamarín junto a su homólogo bético, Ramón Alarcón, para explicar, hasta donde podían, los detalles de un acuerdo global que va mucho más de la sección de baloncesto, aunque el empresario de origen venezolano transmitió ilusión en su puesta de largo y lanzó el objetivo de ascender a la ACB esta campaña.

XOY se hace con el 99,9% de las acciones del club, integrado en la estructura del Betis desde que lo adquirió en 2016 por un simbólico euro de Caixabank con obligaciones de inversión mínimas en LEB y ACB, pero el Betis le cede la marca (nombre y colores) durante 10 años. La última pata del acuerdo es que XOY será patrocinador oficial en México, donde explotará las academias de fútbol.

"Hemos trabajado muy duro desde hace más de un año, cuando XOY vino a buscar un equipo y nos reunimos con diferentes dueños y consejos de administración, pero con el Betis y con Ramón hicimos un click. El Betis es una marca muy importante para Sevilla, entre la tercera o cuarta de España y en el mundo. En México, donde llevamos instalados siete años, ya tenemos más de 2.500 trabajadores y cinco equipos deportivos. Casi todos han llegado al play off, el único que no lo ha hecho ha sido el de béisbol porque el presidente es malísimo: soy yo (dijo bromeando). Nos tomamos el deporte en serio, porque es la forma de ser un país del primer mundo. Es una analogía que hago, tener equipos y ligas fuertes reactiva es una forma de reactivar la economía", explicó Lazo.

El nuevo dueño de la entidad, que ejercerá de presidente en la nueva sociedad anónima, viene a "aportar seriedad y exigencia" y ya conoció a los jugadores y cuerpo técnico. "Los vi entrenar durante dos horas. Me gusta estar al lado de los jugadores y emocionarme con ellos. El proyecto lo tomamos con la seriedad con la que llevamos a la selección de México al Mundial: nos ocupamos de gasto, logística, operaciones y nos clasificamos", señaló Lazo, que añadió: "La inversión no es sólo la parte económica, sino que hay que dedicarle tiempo, pasión en lo que haces y vivir por ello".

El nuevo dueño del club llega con muchas ideas, un amplio equipo de asesores detrás y mucha ilusión y ganas, algo que habían perdido desde hace años los dirigentes béticos. Faltaron, por ejemplo, Ángel Haro y José Miguel López Catalán, que sí aparecían en la foto de 2016 cuando salvaron el baloncesto sevillano. Ahora el Betis de Carlos Lazo quiere "no sólo representar al Betis, sino a toda Sevilla y España". "No somos equipo de LEB. No venimos aquí para que el Betis sea un equipo más. A Javi (Carrasco, el entrenador) le dije que si nos lleva a la ACB, él será el entrenador de la ACB", afirmó el empresario, que quiere impulsar un espectáculo en cada partido para atraer a aficionados e incluso habló de la posibilidad de embarcarse en la construcción de un nuevo pabellón en el futuro: "Vamos a construir un estadio de fútbol en México y un pabellón para Libertadores de Querétaro. Y el Betis nos abrió también la puerta para la construcción de un espacio multiusos del primer mundo que acoja eventos, conciertos y tenga una capacidad mayor. Hasta ese punto hemos apostado por el baloncesto".

Por último, el empresario confió en que los políticos crean en el deporte y pongan de su lado y lanzó un mensaje de ambición para sus jugadores: "No quiero que ninguno baje la cabeza ante un jugador de fútbol. No hay que sentirse más pequeño".

Por su parte, Alarcón pasó de puntillas cuando se le pidió que hiciera autocrítica de los siete años de gestión del Betis,en los que hubo tres descensos, uno no ejecutado por vía judicial, y tres sufridas permanencias, además del año en LEB. "Es una decisión que el consejo tenía que tomar para paliar pérdidas y corto plazo nos ayuda en el límite salarial con LaLiga. Hemos vendido el cuerpo del baloncesto, pero no el alma", dijo bucólicamente.

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