Rocío 2023

La presentación de hermandades ante la Virgen del Rocío: la alegría que empapa la marisma

Triana se presenta ante la Virgen del Rocío / Alberto Domínguez

Cuando llega Triana al Rocío a la fiesta se le rompen las costuras. Se forma el desorden y la algarabía toma el timón de una romería de cielos cubiertos y temperaturas bastante benévolas. Es sábado previo a Pentecostés. El programa oficial de la peregrinación afronta su segunda jornada. La primera fue el viernes por la tarde, cuando comenzó el acto de presentación de las filiales ante la Blanca Paloma, desde la más moderna hasta la de mayor antigüedad. 

En este arranque lo hizo por primera vez como filial la de Montequinto, con su madrina, la Castrense de Tablada. También se presentó ante la Blanca Paloma la Hermandad de la Macarena, la primera de la capital en alcanzar la marisma. Llegó con las últimas luces del día. Cerró el acto la de Mairena del Alcor, ya de noche y cuando la aldea se llenaba de peregrinos y visitantes. 

Noche de pernocta en los caminos para otras muchísimas corporaciones sevillanas. Como Triana, que dormía (o se intentaba) junto al Palacio del Rey, tras haber recorrido la senda principal de la Raya Real. Sevilla lo hacía en el Caoso, finca de los Guardiola con su peculiar bóveda de pinos. Ambas hermandades salían bien temprano este sábado, antes del alba, para llegar puntuales a la aldea, a la hora de la presentación. 

Desde el Ajolí

Desde el puente del Ajolí hasta la explanada del santuario, los rocieros del antiguo arrabal, los del cordón verde, conforman una especie de tribu nómada dispuesta a conquistar con su alegría todo lo que se le ponga por delante. Con las matas de romero que coronan las cañas embocadas que han servido de punto de apoyo por las arenas. El sol los acompaña en las primeras horas del día. Una luz tímida -a la que irán ganando los nubarrones- con la que se abre la segunda jornada de presentaciones en la aldea. Ahora en orden inverso al viernes: desde la más antigua a la más joven. 

La Plaza de Doñana se convierte en puerto de confluencia de los romeros. De todo origen y color. Una mezcla multicutural, que dirían los expertos en sociología posmoderna. La primera en aparecer es Villamanrique, que a las 7:30 ha entrado en la aldea. Lo hace este año acompañada de su ahijada, Bollullos de la Mitación, que cumple tres cuartos de siglo. Las carretas de ambos simpecados se colocan frente a la famosa venera (concha para todos los mortales) del santuario, repleto de banderas, estandartes y otras insignias de la Hermandad Matriz de Almonte. El espacio que queda libre resulta tan estrecho que dificulta que las dos carretas puedan acercarse todo lo deseable a la puerta santa de esta marisma. 

Entre los sonidos de tamboril y campaniles, este sábado goza de una melodía propia, la de la speaker rociera que por megafonía advierte del paso de las hermandades. Una cuenta atrás para los trianeros que se acumulan en la calle Almonte. Entran los tamborileros y luego viene la caballería. "Adelante, la Hermandad de Triana. Rogamos que la caballería no se detenga", avisa la speaker. En la representación de la Matriz se encuentra el consejero de Presidencia, Antonio Sanz, principal responsable del Plan Romero. El viernes también estuvo su homólogo en Turismo y Cultura, Arturo Bernal

Y llega Triana

Segunda advertencia a la caballería de Triana. "Rogamos, por favor, que no se detengan ante el santuario". Los jinetes siguen haciendo la leve reverencia a la Blanca Paloma. Nuevo ruego de la speaker, que acaba agradeciendo a la caballería y a los romeros su colaboración en el desarrollo del acto. Se rompe la estabilidad. Con la número 6 se hace el gentío. Es una turbamulta. No queda espacio libre. Una bulla que quebranta cualquier orden. Triana no llega una, sino hasta cuatro veces hasta las puertas del santuario. Una lo hace la carreta del simpecado y otras tres sus peregrinos. 

Las carretas de Triana llegan a la Plaza de Doñana, en El Rocío. Las carretas de Triana llegan a la Plaza de Doñana, en El Rocío.

Las carretas de Triana llegan a la Plaza de Doñana, en El Rocío. / Alberto Domínguez

Dentro del santuario, a los pies de la Virgen, hay doblete. La ermita se llena de trianeros para cantarle la salve a la Patrona almonteña y el himno oficioso de este sábado. "Aquí estamos otra vez". Otro camino andado. Otras promesas cumplidas. Otra vez el nudo en la garganta que ata y desata Triana. Otra tormenta de alegría que empapa la marisma.

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