opinión

Los nuevos culpables

Los juzgados de Sevilla.

Los juzgados de Sevilla. / juan carlos vázquez

Dice el refranero español que a palabras necias oídos sordos, y eso pensaba hacer esta responsable del Sector Justicia de CSIF en Sevilla, obviar aquello que considero que no son más que elucubraciones por desconocimiento, y me refiero a ciertas manifestaciones vertidas por usuarios del servicio público de justicia en los medios y en redes sociales.

Pues bien, he tenido que reconsiderarlo, porque no sólo soy responsable de un sector provincial de un sindicato, sino que también soy representante de los trabajadores legalmente elegida, y funcionaria de justicia, compañera de muchos, muchos que se han sentido ofendidos, como digo, por esas palabras más que necias.

Comienzan  unos su argumentario “mirando a quienes dirigen a los funcionarios”, pero sólo de perfiles, para acto seguido generalizar y embestir con toda la artillería contra los mismos, primero por acatar lo impuesto, tanto por el Real Decreto del Estado de Alarma, como por el Ministerio  de  Justicia o Consejería, para acto seguido, incluso, criticar que puedan acudir a peluquerías, supermercados o bares.  Otros, directamente nos tildan de ser la vergüenza de España, tachándonos de vagos.

Quizás  a una parte de estos sectores, se les ha olvidado culparnos de la crisis sanitaria y económica por la que está atravesando este país, pero, también se les ha olvidado que los funcionarios de justicia somos personas,  padres, madres, hijos, hermanos, vecinos  y que como el resto de los seres humanos tenemos necesidades tales como comer y beber, cortarnos el pelo y socializar. Por cierto, también necesitamos hacer uso de profesionales que acuden al otro lado de las mesas de los funcionarios de Justicia.

Está claro que se  desconoce la realidad y que en ocasiones, a algunos les importa bien, pero que bien poco,  el periplo que hemos pasado todo este tiempo para cumplir nuestros deberes esenciales con un mínimo de seguridad y sin perjuicio de la disponibilidad, la que el Ministerio de Sanidad nos ha exigido a todos los funcionarios; se han estado prestando los servicios de guardia, de violencia sobre la mujer y registro civil, todos, todos los días durante este estado de alarma, hasta sin mascarillas  (a día de hoy seguimos  pelando porque haya mascarillas a plena disponibilidad) y posteriormente, casi de forma inmediata en el resto de jurisdicciones,  mientras, del otro lado de la mesa de los funcionarios  y que se encontraban a salvo  en su casa, algunos, se sentían molestos por tener que presentar sus escritos de forma telemática y no avasallando al funcionario de turno, del que desconocen su nombre y al que tratan como si estuviera a su servicio  (esto salta a la vista por la crueldad de las manifestaciones  para con los funcionarios).  Éstos, que menos mal que son pocos, no  se encuentran dentro de esos profesionales,  que mantienen con nosotros un quid pro quo de respeto, educación,  confianza y en muchos casos amistad o matrimonio.  No olvidemos que con estas palabras se está perjudicando a sus propios compañeros y familias. 

En estos días de luto, no queremos olvidarnos  de que dentro de los profesionales de la Administración de Justicia también ha habido fallecidos  por covid19, y que han sido los peones sin pertrecho de un servicio público esencial,  olvidado por todos, criticado por muchos.

Si  existen profesionales que saben cómo solucionar el problema en la Administración de Justicia,  tienen el deber de compartirlo en los foros oportunos, no  simplemente lanzar improperios a diestro y siniestro sin conocer la realidad de este servicio público,  más que desde un único obtuso e interesado punto de vista.

 

Águila Fernández Domínguez

Responsable del Sector Justicia de  CSIF en Sevilla

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