Opinión

La unión hace la fuerza

  • La autora, hasta ahora juez decana de Sanlúcar la Mayor y nueva juez de lo Social en Córdoba, denuncia de falta de medios en el partido judicial judicial donde ha ejercido más de seis años 

Marta Pizarro Mayo, magistrada

Marta Pizarro Mayo, magistrada

Ruth Bader Ginsburg, la emblemática Magistrada de la Corte Suprema de Estados Unidos, dejó un inmenso legado, y un buen puñado de frases memorables para la posteridad. Su figura es hoy en día un ejemplo inspirador para muchos profesionales del complejo mundo del Derecho, incansables buscadores de la excelencia profesional, y de una Justicia más cercana, más empática, y más accesible para la ciudadanía. 

El pasado 29 de octubre puse fin a mi etapa como Magistrada titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 4 de Sanlúcar La Mayor, y como Decana del partido judicial. Este ciclo que ahora cierro comenzó en julio de 2015, cuando aterricé en mi nuevo destino judicial, tras pasar cuatro años como Jueza en distintos órganos judiciales de Cataluña. 

Recuerdo perfectamente el vértigo que sentí cuando fui consciente de las dificultades a las que me enfrentaba en el Juzgado en que acababa de aterrizar: cientos de asuntos acumulados, un retraso descorazonador para la ciudadanía, y una plantilla funcionarial agotada por la precariedad del trabajo diario. 

Quienes trabajamos en los Juzgados de Sanlúcar La Mayor sabemos que este partido judicial es duro y exigente, y requiere de interminables horas de trabajo, y de grandes dosis de paciencia. Es de sobra conocida la endémica falta de medios que padece este partido judicial, que para funcionar adecuadamente, requeriría de la creación al menos, de uno o dos Juzgados más, y de la ampliación de la plantilla de cada uno de los Juzgados ya existentes. Porque los pueblos de la provincia de Sevilla merecen una Justicia ágil y de calidad, y quienes trabajamos en sus Juzgados debemos exigir siempre una mejor dotación de medios a las Administraciones competentes. 

Sirvan, pues, estas líneas para seguir recordando a las Administraciones competentes las carencias del partido judicial de Sanlúcar La Mayor, y para reivindicar la necesidad de acometer mejoras urgentes. 

Y sirvan también estas líneas para poner en primer plano al personal de los Juzgados de Sanlúcar la Mayor, y agradecer, de corazón, la labor que ha desempeñado toda la plantilla durante estos años. He sido testigo privilegiado de cómo cada día se suplen, al menos en parte, las grandes carencias del partido judicial, con el tesón, el esfuerzo titánico, y la profesionalidad de todas las personas que, con enorme vocación, trabajan en la Administración de Justicia. 

En el partido judicial de Sanlúcar la Mayor existen muchas piezas esenciales, para hacer que el engranaje funcione. Todas y cada una de las piezas son imprescindibles: desde el personal de Auxilio Judicial, al de Tramitación y Gestión; desde los Jueces y Juezas, y los Letrados y Letradas de la Administración de Justicia, a los miembros del Ministerio Fiscal; desde los Forenses, al cuerpo de la Guardia Civil; desde el personal de limpieza, al de seguridad. Sin olvidar, evidentemente, a los Procuradores y Procuradoras, y a los Letrados y Letradas que día a día lidian con las dificultades de estos Juzgados. Todos son magníficos profesionales, y todos se esfuerzan cada día por mejorar este partido judicial, para prestar un servicio público digno y fundamental en un Estado democrático de Derecho. 

Ruth Bader Gingsburg decía “Lucha por las cosas que te importan, pero hazlo de forma que lleve a que otros se te unan”. Esta máxima ha guiado mi camino profesional en esta etapa difícil e inolvidable en el partido judicial de Sanlúcar La Mayor, y durante estos años he sido consciente de lo importante que es mantener el empuje por hacer un trabajo de calidad, por mejorar cada día la Administración de Justicia, y por hacer de nuestra sociedad un lugar mucho más justo. 

Además, la plantilla del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 4 me ha enseñado estos años una lección básica, pero fundamental: la ilusión por hacer un trabajo de calidad se transmite, da impulso en el desempeño diario, y conlleva una mejora sustancial en el servicio público. Porque la unión hace la fuerza.

Me voy del partido judicial de Sanlúcar La Mayor con la satisfacción de haber intentado siempre dar lo mejor de mí, como Jueza, y como persona, y de haber luchado activamente por mejorar el partido judicial. Queda mucho trabajo por hacer. Sigamos trabajando con ilusión.

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