La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

La fiesta fue el mejor negocio

Los sevillanos convirtieron la feria agrícola y ganadera en una fiesta que al final resultó ser el mejor negocio

Si la feria de 2023 batió el récord histórico de generar 930 millones de euros, el 3% del PIB de Sevilla, la de 2024 lo superará generando 1.000 millones de euros a un ritmo de 1.700 euros cada segundo y seis millones cada hora. Se han hecho muchos chistes sobre como el alegre carácter de los sevillanos convirtió en una fiesta la feria agrícola y ganadera propuesta en 1846 por el catalán Bonaplata y el vasco Ybarra que quizás, dado que se habían establecido aquí hacía poco tiempo –en 1840 el primero y en 1843 el segundo–, aún no conocían bien la ciudad.

Los sevillanos tomaron por festivo asalto la primera feria, celebrada en 1847 con 19 casetas, con tal entusiasmo que al año siguiente quienes estaban a lo que estaban, es decir, a los tratos agrícolas y ganaderos, exigieron al Ayuntamiento que pusiera orden enviando más agentes de la autoridad porque “los sevillanos y sevillanas, con sus cantes y bailes, dificultan la realización de los tratos”. Solo en una década se pasó de 19 casetas a más de cien que ocupaban, junto a los quioscos y puestos de bebidas y de espectáculos varios, mucho más espacio que el dedicado al mercado. El carácter de los sevillanos, se decía, convirtió el negocio en fiesta. Pues mire usted, resulta que lo que hizo fue convertir la fiesta en negocio. Con la visión profética de que el ganado que se explotaría en el futuro, además de los nativos y sus nunca colmadas ganas de diversión, serían los turistas.

Como en coincidencia con la invención de la feria la Semana Santa había resucitado tras años de profunda postración e iba en camino de convertirse en un buen negocio –“el vapor de Cádiz deposita cada día en la orilla del Guadalquivir una nube de viajeros que se precipita sobre la ciudad para disputarse la habitación más insignificante y pagarla a precio de oro”, escribía el secretario de los Montpensier en 1855– nada más lógico que unirlas dada la proximidad de fechas entre ambas. En 1878 el Ayuntamiento las publicitaba en un único cartel que, bajo el lema Semana Santa y Feria en Sevilla, anunciaba conjuntamente como reclamo para el naciente turismo las procesiones, la feria, las carreras de caballos o las corridas de toros.

Acertaron equivocándose el catalán y el vasco. Si de lo que trataba era de reactivar la economía de la ciudad, lo lograron: 177 años después la Semana Santa genera más de 400 millones de euros y la feria más de mil.

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