TRÁFICO Cortado el Puente de Triana por obras

Crónicas Levantiscas

Juan Manuel Marqués Perales

jmmarques@diariodecadiz.com

Menos linces y más misiles

Teresa Ribera puede ser la cabeza de cartel socialista de las elecciones europeas, ante la negativa de José Borrell Aimar Bretos sacude la Comarca Boda republicana en la caseta del PCE

Teresa Ribera.

Teresa Ribera. / Bruno Fortea Miras / Efe

José Borrell se siente muy mayor y no quiere repetir como cabeza de lista del PSOE al Parlamento Europeo, así que se impone como necesidad la candidatura de Teresa Ribera, la primera ministra de Medio Ambiente que ha tenido España que, realmente, conoce y siente el ecologismo. Todos los demás llegaron allí como refugio de escalafón o porque les apasionaba la glotonería de las inversiones en obras hidráulicas, pero Ribera llegó aprendida de casa, y por eso fue un éxito la reforma de los precios de la electricidad, prueba de que el verde no es siempre el color más caro. Ella no es popular, algunos empresarios enganchados al dióxido de carbono la quieren fuera y es muy posible que el resto de países europeos le ponga reparos como nueva comisaria de Medio Ambiente, porque ése es su destino en Bruselas.

Europa ha ralentizado sus políticas verdes y se lanza a por las de defensa, menos linces y más misiles. Hasta Ursula von der Leyen se ha vuelto retardista desde que un lobo mató a su poni preferido, el gran cánido es una pieza a batir. Teresa Ribera no va a tener fácil su nombramiento, y es ahí donde se comprobará hasta dónde llega la fuerza que Pedro Sánchez parece mantener en Bruselas. Él no presidirá el Consejo Europeo, sino el portugués Antonio Costas, de ahí la rapidez con la que dimitió por un caso sin causa, no podía arriesgar su perfil de hombre bueno. Sánchez no está pensando en irse, sino en ganar las próximas elecciones generales.

Aun así, Borrell es mejor candidato, es un catalán belicoso contra los privilegios que reclaman sus paisanos nacionalistas; un jacobino de izquierdas que ha comprendido que una Europa desarmada es un cómodo campo de juego para Putin y sus inquietantes aliados, y un joven cooperante de kibutz que hoy es un incordio para Israel.

Si Teresa Ribera deja el Consejo de Ministros, se volverá a abrir un hueco para Juan Espadas. Él fue uno de los pioneros de la agenda verde del PSOE y un colaborador temprano de Ribera cuando estaba muy lejana la posibilidad de alcanzar un Gobierno de Pedro Sánchez, aunque es difícil que logre el brío de la vicepresidenta. Espadas ha estado varias veces a punto de entrar en el BOE por la puerta grande, el motorista ya iba de camino la última vez. Si lo fuese ahora, sólo se aceleraría el plan programado, para el que tampoco hay prisas.

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