La primera remodelación acometida por Pedro Sánchez, forzada por la inminente toma de posesión de Nadia Calviño como presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), apenas un mes después de presentar a su nuevo Gobierno, ha reforzado la figura de María Jesús Montero al situarla como vicepresidenta primera y la persona con la máxima autoridad del Gobierno en materia económica. El nuevo ministro de Economía será el hasta ahora secretario general del Tesoro y Financiación Internacional, Carlos Cuerpo. Y con su promoción, el jefe del Ejecutivo se propone asegurar la línea continuista con las políticas de Calviño, gracias a su perfil técnico. Cuerpo es Economista del Estado, y tras haber desempeñado con éxito tareas ligadas a la gestión de la deuda pública y la regulación del sector financiero, Sánchez también le ha confiado finalmente la presidencia de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, órgano clave en la gestión del Ejecutivo, porque es el que marca las iniciativas del Gobierno.

La sevillana María Jesús Montero, en paralelo, pasa a ser la ministra con más poder del Gobierno, porque también continúa como vicesecretaria general del PSOE, tras haberse ganado la confianza de Sánchez en unos años más que convulsos en los que ha sabido negociar con habilidad con los socios de Gobierno en las situaciones más complicadas.

Hasta no hace mucho se especuló con la idea de que podría presidir la Comisión de Asuntos Económicos, pero a la postre, habría sido casi imposible mantener tantas responsabilidades al cien por cien. Tener un pie en Ferraz y a la vez controlar el gasto de todos los ministerios, sin perder el equilibrio y sin ruido a su alrededor, le ha valido su ascenso a vicepresidenta primera. Con su nombramiento en noviembre como vicepresidenta cuarta, Sánchez estaba anticipando ya su absoluta confianza en la política andaluza con más proyección de los últimos años.