Versos y vinos en el Aljarafe

Versos y vinos en el Aljarafe

Pese a que, histórica y etnográficamente, Almensilla pertenece al Aljarafe, el mapa comarcal de Andalucía publicado en 2003 en el BOJA, a efectos de la planificación de la oferta turística y deportiva, la incluye en la artificial comarca denominada Área Metropolitana de Sevilla. Esta decisión administrativa, refleja los lazos de este municipio con la ciudad de la Giralda y su carácter de residencia para muchas personas que trabajan en ella y que en su momento optaron por una calidad habitacional que no estaba al alcance de sus bolsillos, en la urbe.

En relación a esta tendencia, aunque el volumen de su población no deja de ser aún modesto, lejos del umbral de los 7.000 vecinos, su ayuntamiento, como otros de la zona, lo ha triplicado con creces respecto a la situación inmediatamente anterior a la Expo 92.

Gobernada por una alianza de partidos ajena a las dos principales formaciones políticas de nuestra comunidad, ha sido recientemente Almensilla escenario de un evento cultural digno de ser contado por varios motivos y en el que tuve el privilegio de aportar mi grano de arena.

Cinco ediciones ha cumplido Recital de Poesía y Vino, que periódicamente promueve el Consistorio de la localidad a través de su Concejalía competente en Cultura, y en el que juegan un papel imprescindible la biblioteca pública y la escuela municipal de música. Ignorante por completo de las cuatro primeras, nuevos vínculos sentimentales con aquel terruño me animaron, no sólo a asistir como espectador, sino a inscribirme en la lista de participantes. Como la mayoría de ellos, con poema fruto de la inspiración de escritor conocido.

En mi caso particular, decidí rendir mi entusiasta homenaje a un poeta sevillano contemporáneo, el periodista Gonzalo Gragera, tomando prestados los deliciosos versos del poema La comba, recogidos en su galardonado libro La suma que nos resta, que el propio autor me dedicara, una noche, casi olvidada, de septiembre de 2018.

Fue el contexto de aquella dedicatoria otro recital, titulado Poesía y vermú, que unos amigos organizamos, al amparo de una asociación, en la desaparecida vermutería Palabra de bar, una interesante aventura hostelera que forma parte con otras, de la nómina de experiencias fracasadas en el gafado local contiguo a la popular sala teatral independiente de la hispalense calle Sol.

Años más tarde, he podido revivir la comunión entre arte y derivados de la uva en la muy castiza bodega La Sacristía, en un precioso acto en el que baile, música y literatura confluyeron en un cóctel perfecto, impregnado de resonancias profundamente andaluzas. Todo un ejemplo de cómo, sin necesidad de grandes recursos económicos, se puede ofrecer la mejor cultura con imaginación y buenas ideas, en un marco de colaboración de instituciones públicas y empresas privadas. Inexcusable es reseñarlo, para hacer justicia a los artífices de estas iniciativas, tanto en la propia Almensilla como en el resto de ciudades y pueblos de la provincia.

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