El Palquillo

El Cristo del Calvario de Sevilla fue vendido en 1636 a la primitiva hermandad de los Mulatos

Escritura de venta del Cristo del Calvario por los herederos de Pérez de Torquemada

Escritura de venta del Cristo del Calvario por los herederos de Pérez de Torquemada / Hermandad

La Semana Santa de Sevilla continúa escribiendo su propia historia. Porque en ella misma, dada la vastedad de su abanico cronológico, existen infinidad de dudas e incógnitas por resolver. Afortunadamente, hay investigadores y estudiosos que se dedican a la tarea de sacudir el polvo de los archivos y descubrir hallazgos de lo más apasionantes. 

El Cristo del Calvario, obra de Francisco de Ocampo en 1611 El Cristo del Calvario, obra de Francisco de Ocampo en 1611

El Cristo del Calvario, obra de Francisco de Ocampo en 1611 / Juan Carlos Vázquez

Es el caso de la Hermandad del Calvario, que hasta el día de hoy desconocía cuándo y cómo llegó su imagen cristífera titular a ser propiedad de la primitiva Hermandad de los Mulatos. Sí se sabía que Gaspar Pérez de Torquemada había encargado a Francisco de Ocampo la imagen del crucificado en 1611, pero nada más. Desde 1627, fecha del inventario post-mortem de los bienes de Gaspar Pérez de Torquemada, no existía ninguna referencia de la talla hasta los primeros años del siglo XIX, en que se constata la presencia en San Ildefonso del crucificado que según la tradición y algunos testimonios indirectos había sido de la antigua hermandad de los mulatos. 

"La trascendencia de este hallazgo radica en que no solo se cubre un vacío histórico sobre el que había ya sospechas, sino que se demuestra que esta imagen perteneció a la cofradía desde la muerte de su primer propietario y que estuvo siempre hasta su extinción en el XVIII", en palabras del investigador a este periódico. "En torno a la figura y a la devoción de este Cristo se reorganiza la Hermandad a finales del siglo XIX", apostilla.

El hallazgo

La semana pasada, y tras un largo proceso de investigación efectuado por Joaquín Rodríguez Mateos, se encontró en el Archivo Histórico Provincial la escritura notarial por la que los herederos de Gaspar Pérez de Torquemada vendieron la talla en el año 1636 a la cofradía de la Presentación de Ntra. Sra., de los mulatos de Sevilla. La venta fue concertada en 1.300 reales de vellón, para cuyo pago tuvo incluso que endeudarse la cofradía, que poseyó la imagen desde entonces y hasta la desaparición de la corporación a fines del siglo XVIII.

Con este documento se cierra un vacío historiográfico acerca de los avatares de la imagen y de su presunta posesión por la hermandad de la Presentación. Se demuestra ahora no sólo que el actual Cristo del Calvario fue la imagen titular de la hermandad de la Presentación de Nuestra Señora desde 1636, sino que la imagen pasó a ella directamente desde el oratorio privado para el que se encargó, sin más avatares.

Es muy curioso el hecho de la cláusula introducida en el contrato por la que la cofradía se obligaba a abrir la capilla a los hijos de Pérez de Torquemada cada vez que quisieran rezar ante la imagen, debido a la gran devoción que tenían por ella. Sería la misma devoción que concitaría a sus pies a los mulatos de la ciudad durante 150 años, y que movería en 1885 a los fieles de San Ildefonso a recuperar aquella antigua hermandad para continuar hasta hoy con su culto público.

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