Ubicado en la Calle Juan de Mata Carriazo S/N, en la esquina con Bartolomé de Medina, 21, justo al lado de la estación de bomberos, La Bernarda espera a todos aquellos que deseen disfrutar de sabores inigualables. Este innovador proyecto gastronómico ha transformado un antiguo almacén, testigo de la historia comercial transatlántica, en un moderno gastrobar. Este espacio culinario honra su pasado con una ubicación emblemática, además de introducir un concepto fresco y contemporáneo en uno de los barrios con más solera de toda Sevilla. Esto se complementa con una decoración meticulosamente cuidada que complementa perfectamente su propuesta culinaria, presentándose como el equilibrio perfecto entre estética y sabor.

Los comensales pueden deleitarse con una selección de carnes exquisitamente preparadas, como la presa ibérica a la parrilla acompañada de mayonesa de mostaza inglesa y un salteado agridulce, o el abanico ibérico de bellota, perfectamente complementado con boniato frito y mojo picón. Para los amantes de la carne de vacuno, el lomo bajo, ganador del Winners World Steak Challenge 2018, se sirve limpio de grasa y a la parrilla, asegurando una experiencia premiada en cada bocado. No menos impresionante es el codillo de cerdo braseado, que se ofrece junto a patatas panaderas y una seductora crema de queso trufado, mientras que el solomillo de vaca a la parrilla se realza con patatas y un jugo de carne a la pimienta que promete satisfacer a los paladares más exigentes. Además de las carnes, el restaurante presenta una variedad de entrantes que son verdaderas obras de arte culinario; desde tablas de quesos artesanos y patés selectos hasta una oferta de picoteo que incluye una gran diversidad, desde ensaladilla hasta gambas fritas.

Del mismo modo, los pescados no se quedan atrás, siendo una celebración del mar que captura la esencia de la cocina costera con un toque de innovación y sofisticación. Comenzando con los chipirones encebollados al Pedro Ximénez, una delicia en la que la dulzura del vino se combina magistralmente con la panceta ibérica confitada y un fresco alioli de lima, ofreciendo un equilibrio perfecto de sabores. Siguiendo esta línea de exquisitez, se presentan las tranchas de corvina, servidas con un aderezo de mango vibrante, gambas y una ligera ensalada Thai de algas, todo aderezado con una vinagreta de coco que aporta un sutil toque tropical.

Para los que buscan sabores más robustos, su carbonada de atún a la flamenca se sirve junto a arroz basmati, cada bocado promete ser una exploración de texturas y sabores profundos y reconfortantes. No menos tradicional es el lomo de bacalao, cocinado en tomate al estilo más clásico, evocando las recetas de siempre que nunca pasan de moda. Y para cerrar con broche de oro, el pulpo a la parrilla se ofrece en su forma más pura, realzando su textura tierna y su sabor intenso que lo hacen un favorito perenne entre los comensales.

Continuando con la experiencia culinaria, los postres en este restaurante ofrecen algo especial para cada gusto. Entre las opciones destacadas se encuentra el ganache de chocolate negro con crema de avellanas y yogurt griego, que promete derretirse deliciosamente en la boca. Para aquellos que prefieren algo clásico pero con un giro único, la Dame Blanche se reinventa aquí con polvo de cacahuetes y crujientes barquillos, aportando una textura sorprendente a cada bocado. También pueden deleitarse con el Tatin de manzana, acompañado de helado de caramelo y una roca de miel quemada que aporta un toque de sofisticación. La copa de Lemon Pie ofrece un equilibrio refrescante de dulce y ácido.