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Etapa 3 del Camino Primitivo: Salas - Tineo | Comienza a notarse el ascenso

El primer tramo de esta etapa es de gran belleza: sigue un antiguo camino medieval mientras se interna en un denso bosque.

El primer tramo de esta etapa es de gran belleza: sigue un antiguo camino medieval mientras se interna en un denso bosque. / Emilio J. de los Santos

La tercera etapa del Camino Primitivo se caracteriza por ganar bastante altura, con una primera mitad que atraviesa una zona de un valor natural imponente a la vez que encara un importante ascenso. Tineo, la meta, es un mirador privilegiado y nuestro acceso a la parte más montañosa de esta ruta jacobea.

Salas tiene una salida muy sencilla: consiste en enfilar la calle principal hasta dejar atrás las casas. Primero se llama calle de la Campa y después calle Ondinas. A muy poca distancia del núcleo urbano, el camino avanza por una antigua senda medieval que llega hasta La Espìna. Es el tramo más atractivo, pues se interna en un denso bosque de robles y castaños que remonta el río Nonaya por un estrecho valle.

El bosque de robles y castaños junto a Salas. El bosque de robles y castaños junto a Salas.

El bosque de robles y castaños junto a Salas. / Emilio J. de los Santos

Hasta Porciles, durante unos seis kilómetros, el perfil asciende constantemente. Iremos desde algo más de 170 metros hasta superar los 600 metros de altitud. La subida es sostenida con algunos repechos exigentes. En todo momento, iremos bajo la vegetación con el rumor constante del curso del agua. Una maravilla. 

A los 2 Km de marcha, vemos el Puente de Borra y un kilómetro después con el de Carcabón, cerca de la Cascada de Nonaya, que está a unos 250 metros del sendero. Un pronunciado repecho nos conduce a la N-634a. Aunque tiene poco tráfico, debemos ir por el arcén izquierdo.

La carretera pasa bajo el enorme viaducto de la A-63. La carretera pasa bajo el enorme viaducto de la A-63.

La carretera pasa bajo el enorme viaducto de la A-63. / Emilio J. de los Santos

El perfil se relaja durante un kilómetro para describir una amplia horquilla que pasa bajo el enorme viaducto de la A-63. Las flechas amarillas nos sacarán del asfalto por la izquierda a continuación. El sendero, otra vez por la densa foresta, vuelve a inclinarse hacia arriba para afrontar las últimas cuestas pronunciadas.  

Así nos colocamos a la altura de la autovía, que notaremos que está a nuestra izquierda. La vegetación da poco a poco paso a una mayor predominancia de prados. Llegamos a Porciles tras un giro en 90º a la derecha. El recorrido, realmente, rodea la población para enfilar un camino que pasa justo entre la N-634a y la A-63. A continuación, llegamos a Bodenaya, donde hay una pequeña iglesia (Santa Marina) y un albergue.

En Porciles, las pendientes se relajan y paisaje rural comienza a imponerse. En Porciles, las pendientes se relajan y paisaje rural comienza a imponerse.

En Porciles, las pendientes se relajan y paisaje rural comienza a imponerse. / Emilio J. de los Santos

Cruzamos la Nacional y nos colocamos en paralelo mientras caminamos junto a varias casas y parcelas. Al poco entramos en La Espina, punto ideal donde descansar. El Camino avanza por la carretera, donde se ubican casi todos los servicios de esta localidad. Hasta aquí hemos caminado 8,5 kilómetros.

Ahora, durante 5 kilómetros, vamos a transitar un paraje que recupera el aspecto de las jornadas previas: caminos rurales que pasan por pequeños municipios. El ascenso continúa, aunque, como pasaba en la jornada previa, lo hace por un falso llano que apenas apreciaremos. Alcanzaremos una altura máxima que superará los 700 metros de altitud.

Continuamos junto a la carretera hasta la rotonda del fondo. La rodeamos por la derecha, para dar con una trocha mal mantenida que avanza recto por la falda de un cerro hasta situarse ligeramente por encima de la Nacional. A unos metros, el caminito vira a la izquierda en ángulo recto para conectar con una pista asfaltada que conduce a La Preda.

Capilla del Cristo de los Afligidos. Capilla del Cristo de los Afligidos.

Capilla del Cristo de los Afligidos. / Emilio J. de los Santos

Tomamos la calle donde hace esquina la Capilla del Cristo de los Afligidos y permanecemos en ella sin desviarnos. Una vez dejadas atrás las casas, damos con un cruce: doblamos a la derecha. Encadenamos varias aldeas que no tienen servicios. Primero vemos L'Espín y le siguen Bedures y L'Argumón.  El trazado desemboca en la carretera AS-216 para entrar en La Pedrera.

Un mojón en el lateral del camino. Casi siempre está flanqueado por árboles. Un mojón en el lateral del camino. Casi siempre está flanqueado por árboles.

Un mojón en el lateral del camino. Casi siempre está flanqueado por árboles. / Emilio J. de los Santos

A partir de este pequeño pueblo, el camino vuelve a retirarse de la carretera para internarse en una zona más solitaria que intercala pequeños bosques con praderas a la vez que ofrece bonitas vistas de las montañas en el horizonte. Al salir de la localidad manteniendo la carretera, damos con un crucero. Justo aquí doblamos a la derecha. 

Aspecto de los senderos en el tramo final de la etapa. Aspecto de los senderos en el tramo final de la etapa.

Aspecto de los senderos en el tramo final de la etapa. / Emilio J. de los Santos

Arranca un camino rural que casi siempre va flanqueado por árboles. El agradable trayecto llega hasta Tineo, que está a unos 7 kilómetros desde aquí. Tras girar a la derecha en el crucero mencionado previamente, viramos a la izquierda pasados unos metros. Ignoramos la bifurcación a la derecha. No volvemos a tener desvíos en dos kilómetros. Superada esta distancia, vamos por el ramal que parte a la izquierda para aproximarnos a la aldea de La Escalada.

Pasamos a la espalda del núcleo de casas. Cuidado aquí porque el cruce es extraño. A la altura de un caserón, doblamos a la derecha para tomar la segunda salida. A un kilómetro, el Camino llega a un merendero, cercano a Zarracín. Realmente, no merece la pena parar aquí, pues el final está a sólo media hora... pero es una opción si se necesita un alto.

Vistas desde el Paseo de los Frailes, ya muy cerca del final de la etapa. Vistas desde el Paseo de los Frailes, ya muy cerca del final de la etapa.

Vistas desde el Paseo de los Frailes, ya muy cerca del final de la etapa. / Emilio J. de los Santos

El sendero acaba desembocando en asfalto cerca del polideportivo municipal Sergio Menéndez Martínez. Así nos da la bienvenida Tineo. Junto a la instalación está la Ermita de San Roque y una fuente. El trayecto cruza la carretera AS-359 para continuar por el bonito Paseo de los Frailes, que ofrece una buena panorámica de la localidad además de albergar un monumento al peregrino. Concluimos tomando la primera calle que baje a la izquierda en un ángulo cerrado. Será la que nos lleve directamente al albergue.

El vistoso Ayuntamiento de Tineo. Las casas próximas también son muy llamativas. El vistoso Ayuntamiento de Tineo. Las casas próximas también son muy llamativas.

El vistoso Ayuntamiento de Tineo. Las casas próximas también son muy llamativas. / Emilio J. de los Santos

Tineo es realmente la puerta de entrada a las montañas de este Camino Primitivo. Desde su serpenteante callejero, lleno de miradores, podremos disfrutar de unas vistas impresionantes de las montañas próximas. Será un adelanto de lo que nos aguarda en breve, pues las etapas más bellas llegan a partir de ahora.

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