Ruta agradable y sin complicaciones, ideal para ir con niños. Ofrece mucha libertad para recorrer los distintos caminos que ofrece. El protagonista es el río Guadaíra, mientras avanzamos por una zona muy bien preparada. Asimismo, disfrutaremos de los molinos de harinas que hay en este tramo.

Como se ha indicado, estos caminos se pueden recorrer de distintas formas. A continuación se describe una opción entre muchas.

Partimos del aparcamiento que hay junto al curioso Puente del Dragón. Avanzamos en dirección sur, entrando por una puerta. Desde aquí tendremos una bonita imagen del castillo. Por esta zona se podrá ir junto al río o por un sendero algo más elevado. Pasaremos junto a una segunda puerta mientras el camino vira a la izquierda, accediendo al Parque de la Retama.

Ruta por el Guadaíra, en Alcalá

Poco después salimos de dicho parque y andamos un poco por la Avenida de Portugal. Pasamos junto al bonito Puente Romano y llegamos a una bajada que da acceso al Parque Oromana. En este punto, si queremos, podemos subir el repecho hasta la Ermita de San Roque, desde donde se puede admirar una interesante panorámica de la ciudad. Volviendo al parque, nos encontramos con el Molino de la Tapada, el primero de la excursión. Vamos rumbo al este, siguiendo el Guadaíra por el sendero más próximo al agua o por el otro que va más alto. La sombra por aquí es densa gracias a la abundante vegetación. Pronto alcanzamos el Molino del Algarrobo, que cuenta con un azud que permite cruzar a la otra orilla.

El meandro da un giro brusco hacia el sur. Seguimos cerca del agua por un paseo que nos descubrirá los Molinos de San Juan y de Oromana y poco después el de Benarosa. Recomendamos tomar una de las escaleras de piedra que suben hasta las proximidades de los hoteles de arriba. Podremos admirar desde aquí los molinos que acabamos de pasar con una perspectiva más elevada.

Ruta por el Guadaíra, en Alcalá

Posteriormente alcanzamos una zona más amplia y, entre pinos, bajamos suavemente hasta el río. Tras otro meandro, llegamos al Molino de las Aceñas. Ahora cruzamos por el azud al otro lado y volvemos hacia atrás, en dirección a la ciudad. Ante unas ruinas, tomamos la calle San Juan (aunque realmente es una pista de albero), que nos acercará al Molino del Rabo de la Zorra... o lo poco que queda de él.

A continuación iremos viendo los otros molinos que hemos visto en la ida desde el otro lado del río. Así alcanzaremos el Polideportivo Municipal, que bordearemos. Tras pasar el Parque San Francisco, toca salir a la calle con el mismo nombre y cruzar de nuevo de río por el puente romano.

Ya estamos en la puerta del Parque de la Retama. Deshacemos el camino hasta el aparcamiento del que salimos, aunque quizá aún queden ganas de visitar el castillo. Muy recomendable.